martes, 23 de febrero de 2010

I JUEGO: 7 PALABRAS, RELATO 47

Autor: Beatriz Naveira

Mientras hacía bailar en sus manos el pequeño mechero de su abuela, ella recordó el instante en el que ese maldito bastardo selló su destino. Esa noche fue perfecta,

cuando llegó a su casa miles de rosas le indicaban el camino hasta una suculenta cena. Ostras, champán y caviar fueron los acompañantes del pato a la naranja que, como descubriría más tarde, ni siquiera se había tomado la molestia de prepararlos personalmente. Ella consiguió convencerle para bañarse juntos, bajo la luz de las velas. Decidieron acabar la velada con unos exóticos masajes, ninguno de los dos pensó en detener el esperado final, cuando él demostró, haciéndola creer que no le era necesario emplear toda su energía y vigor, la razón de su impresionante fama debajo de las sábanas.
Nada le hizo imaginar lo que la esperaba hasta que despertó de su éxtasis de amor para caer en el menosprecio de ese cabrón. Ya no estaba allí, era como si jamás hubiese pisado esa habitación. Y, lo más hiriente, un sobre con dinero descansaba en su mesilla, como si fuese una prostituta de lujo. Esa horrible sensación volvió a su interior mientras recogía el muñeco lleno de alfileres, cuyo pelo era realmente el de ese fanfarrón playboy. Era hora de finalizar su venganza, el fuego consumió hasta el último trocito de tela del monigote de paja. Ese hombre se lo pensaría mejor a la hora de enfadar a una bruja de Salem. Bueno, si hubiese próxima vez.

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