jueves, 16 de julio de 2009

Este momento...

Todo era tan perfecto, era tan feliz… La mujer perfecta, la hija perfecta, simplemente mi vida era perfecta, con una mujer maravillosa, que a veces me hacía dudar si me la merecía y con una niña, tan hermosa como su madre, con tan sólo dos años de edad, los dos años más maravillosos de mi vida. Habíamos empezado a hablar de darle un hermano a nuestra bella princesita, tan buena, tan linda… Me encantaba cuando me llamaba: “Papa papa”. Y ahora estoy aquí, en el edificio más alto de la ciudad, arriba del todo, justo enfrente de donde compartía con ella nuestra vida perfecta antes de aquel momento trágico. Aquel accidente acabó con la vida de mis amores y yo… Yo completamente ileso, un par de rasguños y poco más. Y aún se atreven a decir que salvé mi vida… No… Mi vida se fue en aquel momento, mi vida se quedó en aquel coche que yo conducía. Aun recuerdo como perdí el control del coche y ni tan siquiera puedo explicarlo. En este momento… En este momento todo pasa por mi cabeza, recuerdos, cuando la conocí, el día de nuestra boda, cuando nació nuestra pequeña, incluso cuando yo era un niño, tan pequeño, todo el día jugando, ajeno a todos los males.
Siempre pensé que nunca habría nada que acabara con las ganas de vivir, nada que me pudiera hacer tan cobarde como para querer morir, pero tampoco me había planteado nunca morir en vida, ver como todo se te esfuma sin ni tan siquiera verlo venir, ver como tantos y tantos planes de futuro se van a la mierda, tantos sitios a los que queríamos ir, tantas cosas que queríamos vivir…
Estoy sentado, con los pies fuera del edificio, el aire, un aire templado, pega en mi cara, mueve mi pelo despeinándome, pero no me importa, nada me importa. Lágrimas siguen cayendo de mis ojos, desde hace días no han dejado de caer y en mi mente tan solo aquel momento, aquel momento… Todo pasa por mi cabeza… En mi mente la risa de mi pequeña, aun la veo corretear jugando, aun le estoy diciendo a mi mujer cuanto la quiero, aunque pensándolo bien, nunca llegué a decirle cuanto la quiero porque nunca he sabido decir: “Te quiero”. Mis padres se fueron sin saberlo y ahora mis reinas también. Mis ojos se llenan de más lágrimas…
Acabo de levantarme, estoy justo en el borde, ahora siento el aire por todo mi cuerpo, mi ropa se mueve, mi pelo también, parece que hace mucho más viento que antes. Es media tarde, ni tan siquiera reluce el sol, hace días que no lo veo, justo desde aquel día. Miro al vacío, no siento nada, ni tan siquiera me mareo, acabar con todo es lo único que pasa por mi cabeza… Abro los brazos al viento, cierro los ojos… Siento todo el aire en mi cuerpo…

Autor: JaviG

6 comentarios:

  1. muy bueno javi!!!
    eres 1 as en esto de escribir. ya me diras cuando publicas un libro pa q me lo firmes pronto antes de q se agoten. besos :-)

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado de verdad! Silvia.

    ResponderEliminar
  3. Bufff...sobrecogedor. Espero que éste no sea autobiográfico ;)

    ResponderEliminar
  4. Me gusta, si señor. Eres buen escritor porque haces que lo sintamos, qlo imaginemos... No me has despistado y has enlazado bien el presente con el pasado.

    ResponderEliminar
  5. es la primera vez qe leo algun relato y e de decir, q este me a encantado, es triste pero muy profundo, felicidades!! =)=)

    Maria, Cordoba.

    ResponderEliminar