domingo, 13 de septiembre de 2009

Dulces sueños

PREFACIO
En una ocasión leí que, cuando una persona deja de tener esperanza, es capaz de imaginar un mundo alternativo en el que el dolor no existe, y cada nuevo día se rige por su imaginación. A veces, ese mundo color de rosa extiende sus límites hasta tal punto que el enfermo es incapaz de distinguir donde acaba su vida y donde empieza la ficción. Yo soy una de esas personas. Ya no se si el brillo que desprende su piel existe de verdad, o es mi cabeza jugándome una mala pasada. Pero su mirada permanece aquí, junto a mi cama. El es un gran compañero en noches en vela, y la magia que rodea todo su ser me ha devuelto la alegría. Hay quien dice que, cuando el sufrimiento de una persona es tan grande que cada día es peor al anterior, esa persona crea un universo alternativo, donde las cosas son siempre mejores que en la realidad. Todos creen que estoy loca…E incluso yo estoy empezando a dudarlo. Pero mientras él siga junto a mi, cualquier cosa merece la pena.

CAPÍTULO 1:EN APARENTE CALMA

Tengo ya los ojos cansados de intentar ver la película que han puesto en la televisión del autobús, pero el viaje está siendo más largo de lo previsto y no se me ocurre qué otra cosa puedo hacer. Al menos podían haberse estirado un poco con el tamaño de la tele, porque desde aquí no diferenciaría a Morgan Freeman de Meryl Streep, lo juro. Sabía que me olvidaba algo al hacer la maleta, pero que me haya dejado la música en casa es un sacrilegio. Mejor no pensar en eso…Aunque bueno, pensar, lo que se dice pensar, es difícil, con el hombre orquesta acompañándome en el viaje.Si ya de por si,un viaje con tantas personas es ruidoso,mi acompañante está superando todas mis expectativas,y no para bien,precisamente.Carraspea cada dos segundos,tose cada tres,y cuando duerme,ronca… Supuse que habría poca gente en el autobús, así que contaba con tener los dos asientos para mi…Pero esta claro que hoy no es mi día de suerte. Y todavía quedan 7 horas de viaje…Aún no se como he acabado aquí, de camino a casa de mi abuela. Ahora debería estar viajando a Francia, para disfrutar de la beca Erasmus, y en vez de eso estoy yendo a un pueblo perdido en la montaña, dejado de la mano de Dios para acabar yo en las manos de la madre de papá…La abuela María,de la que solo recuerdo unas natillas estupendas que hacía cuando aún la visitábamos, hace más de diez años…Todos han coincidido en que lo mejor para mi era pasar un tiempo con ella, después de lo de mis padres …Creo que si decidí aferrarme a la idea del Erasmus era porque tenía ganas de despejarme de todo…Allí quizá podría hacer como que aquello no pasó, y quien sabe, quizá podría seguir con mi vida. Nadie hablaría de mi, nadie conocería de mi más que los detalles que yo contara. E incluso para algunos, seguiría siendo una chica normal. Pero aquí no…Estoy segura de que en el pueblo todos cuchichearán a mis espaldas. La pobre veinteañera que ha perdido a sus padres en un incendio. Es lo que más odio de los pueblos pequeños. Las noticias vuelan.

Menos mal que me he quedado dormida, y que solo queda media horita de viaje, porque no paro de darle vueltas a la cabeza. Qué voy a hacer yo aquí. Si ya me cuesta hablar con los amigos de siempre, ahora que tengo que empezar a hacerlos nuevos... Ya me veo recluida en casa hasta que pueda largarme de este sitio. O hasta que sentir que abandono a la abuela no me lo impida. He venido con la firme intención de no encariñarme con este lugar, pero admito que el paisaje, como mínimo, es precioso. En casa solo había visto la nieve una vez, y apenas alcanzaba los dos centímetros. Ver ahora todos esos montes nevados me alucina. Creo que lo primero que haré será una excursión a la montaña. Y también me merezco un momento para sentirme niña…El mundo de los adultos me ha dado unos golpes impresionantes últimamente. Quizá este pueblo sea mi nuevo Nunca Jamás…Si…Aquí seré una niña. Y hoy, de hecho, pienso hacer un muñeco de nieve.

Admito que cuando vi la mirada de la abuela al bajar del autobús,la mayoría de las dudas que asaltaban mi cabeza desaparecieron con el brillo de alegría en sus ojos.Nunca hemos pasado más de dos semanas en este sitio,y yo creía que eso,en el fondo,siempre le ha dolido.Pero no…sigue siendo la misma persona que recuerdo, de pelo blanco y amplia sonrisa.Ahora,deshaciendo las maletas,empiezo a dar vueltas a la cabeza.Y llevo todo el viaje intentando no hacerlo…De hecho…llevo intentando poner la cabeza en blanco desde aquella noche.Pero la habitación no me ayuda.Es amplia,y la cama parece cómoda,lo admito,pero la pared es de un blanco tan brillante que daña los ojos,y el único adorno es una cruz en la cabecera de la cama.Quizá ese ha sido mi problema siempre,que necesitaba distracciones para no preocuparme por la realidad.Mi antigüo cuarto era completamente distinto.Estaba decorado a mi gusto,lo confieso.Una tarde de inspiración cubrí las paredes con folios.En cada uno,había una frase esperanzadora,positiva,o simplemente una frase que me gustara.En los huecos libres había fotos de guitarras,mi pasión.Y cuando por las noches me encontraba mal,encendía la luz de la mesilla y buscaba una frase que me hiciese sentir mejor.Podría contaros ahora mismo qué es lo que me pasaba…Pero es un tema demasiado delicado,y prefiero dejarlo para más adelante.Digamos que de vez en cuando,estaba mal,y esas paredes eran mi salvación.Para unos son los libros,para otros la televisión…Para mi,una frase reconfortante lo era todo.Y en esta habitación no hay nada.Bueno,hay algo que siempre he querido tener y nunca he tenido.Una terraza.
Aquí fuera se está a gusto,el ambiente no es húmedo,aunque si algo frío,pero para esta época del año es bastante agradable.El paisaje es aun mejor de lo que recuerdo del viaje en autobús.Admito que podría perderme observando estas montañas.Siempre he sido una persona muy intuitiva…Y este lugar produce en mi sensaciones raras…Presiento que en estos parajes se esconde algo especial.Algo mágico.Pero no me hagais mucho caso,tengo mucha imaginación.No siempre se cumple lo que presiento.


Hoy me he despertado con la intención de empezar a acomodarme a este lugar.Se que no va a ser fácil,porque en mis 21 años de vida he conocido siempre la misma gente,los mismos paisajes…Y un cambio así va a ser duro.Pero ahora que entro por la puerta de la cocina y huelo las salchichas al fuego,empiezo a sentir este lugar más acogedor.
-Buenos días cariño,¿Qué tal has pasado la noche?.
La abuela me mira sonriente,pero con una sombra de duda en sus ojos.Creo que también es miedo.Teme que le reproche lo que ha pasado,o que le diga lo mal que he dormido en un colchón tan duro.Y la verdad es que he pasado la noche dando vueltas en la cama,peleándome con una almohada demasiado baja para mi gusto,y un somier que rechinaba a la mínima.Pero no se por que,me veo incapaz de ponerle pegas a nada de lo que me rodea.Al menos,no delante de ella.
-Muy bien abuela,gracias.La verdad es que se agradece un poco de tranquilidad,en Barcelona me habrían despertado los coches,el ruido…
Hago una mueca,que pretendía ser una sonrisa pero queda en un intento de ella,y procuro pensar que se ha quedado tranquila.La verdad es que la he mentido.No solo no le he dicho lo que no me gusta,sino que también le he mentido.Odio la tranquilidad.Me cuesta dormir con una casa tan en silencio.Cuando era pequeña,me acostaba pronto y oía como mis padres veían la televisión en el salón,o como los vecinos vivóan pared con pared.Al ir haciéndome mayor,fui adaptando esa costumbre a lo que iba surgiendo.Si salía de fiesta y ya estaban los dos en la cama,yo dormía con la ventana abierta,para oir el ruido exterior.Supongo que buscaba sentir que había vida en la casa,en mi alrededor..
Aquí todo parece muerto.Observo a la abuela,tan feliz,con su andar trabajoso,recorriendo de punta a punta de la cocina,volteando las salchichas y sonriendo.Ella es feliz en este lugar.Pero yo,que siempre he conocido todo lo contrario,¿cómo puedo llegar a serlo?.
Mientras sigo divagando,la abuela se acerca a mi con un plato humeante y se sienta cerca.Nos separa la cocina de leña,de esas rústicas que todavía se ven en los pueblos pequeños.Se acomoda frente a su taza de leche y me anima a comer.
.Y tu,abuela,solo vas a desayunar leche?
-No,cariño,ahora viene lo mejor.
Agarra una hogaza de pan y la parte en trozos sobre el tazón.Remoja los pedazos,y se los mete en la boca con una sonrisa de satisfacción.
-Este,cariño,es uno de los mejores manjares del mundo.Sopas de leche…Aprenderás a apreciarlo cuando la dentadura te de la lata con las demás comidas…como a mi.
Baja la mirada y se concentra en su dulce manjar.Mientras tanto yo,revoloteo con el tenedor sobre mi desayuno.No tengo demasiada hambré…Hace meses que estoy desganada y cualquier plato me parece desmedido para lo que pide mi estómago,pero no quiero que la abuela se lo tome a mal,y trago con dificultad los ultimos trozos ante su mirada satisfecha.
-Abuela,te importa si voy a dar un paseo?quiero ver un poquito el pueblo.
Claro que puedes cariño,pero estate aquí un poquito antes de la hora de comer,que quiero enseñarte algo.
Le doy un beso en la mejilla,cojo el anorak del perchero y abro la puerta.Una ráfaga de aire frío me da la bienvenida,y no se por qué,pero me suena como una advertencia.

Autora: Josune Bargueiras Sanchez

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