sábado, 12 de septiembre de 2009

Desde tus ojos desquiciados

La luz de la luna destelleaba en sus ojos verdes, plata sobre la serpiente.
Sus pupilas intuyen figuras humeantes, drogadas. Observa.
Le da un trago al botellín. Baila. No, se convulsiona. Ríe. No, se desquicia. Habla. No, grita.

-- ¿Qué te has metido? -ríe un colega.
-- Soy así -sonríe ella.

Se alegra de que la gente no la conozca, no es lo que busca. Y se enorgullece de haber dado esa respuesta.
Las drogas la hundirían en la mierda. Ella siempre necesita el doble. Adrenalina. Sólo cuando tiene la mente en blanco, sólo cuando se evade, sólo cuando no siente, es cuando se siente mal. Muy mal. Entonces recuerda y olvida. "Olvida". Ellos no pueden saberlo, solo deben saber que es una pálida piedra en la noche. Una piedra que bebe cerveza.
Le pide a un baboso con cara de niño un cigarrillo, el se lo da, por supuesto. Ojos de serpiente. Se sonríe a sí misma y le guiña un ojo. Enciende el cigarrillo con el mechero amarillo transparente que le cogió a su primo, su primo, su base en el hardcore. Mientras lo enciende mira al frente, y vuelve a sonreir: la ve a ella, riendo con los ojos entornados (como siempre).
Piensa en el grupo, su grupo. 'Todos ríen, todos bailan, pero tú ya no sientes nada', una cicatriz se abre entre las escamas de la serpiente, esta noche sí que siente, no es felicidad. No, plenitud. Pleine, pedo, muy pedo, descontrolada en francés.


Se fija en una silueta fija, lleva una harrington. Punto a su favor, de él. Punto en su contra, de ella. Le da la última calada a un cigarrillo de vainilla. Y sigue observando. Entonces él se da la vuelta. ¡Mierda!
¡Mierda puta! Ojos de capuyo. ¡Ojos de capuyo! Es instintivo... Le da un trago a la cerveza mientras le mira de reojo, por el ansia, una gota dorada resbala por sus labios, gota que aparta de un manotazo, borde. Ojosdecapuyo "escucha" a un colega, y la mira, ojosdeserpiente. Es instintivo... Ojosdeserpiente se desliza, sonriendo.

-- Hola.
-- Hola.
(Ojos de capuyo)
-- ...
-- Vamos.
-- Me acuerdo de ti.
(Ojos de capuyo)
-- Una noche, en verano, en Vallekas.
-- Vamos.
(Ojos de serpiente)

Se cojen de la mano. Es instintivo...
Y en la oscuridad y la desertez de esa noche, aparece un grandioso objeto. Quizá es dios, sí quizá sea dios. Al menos, su dios. El de ellos. El que les salva la vida. "Vida".


Todavía hay saliva.

-- Hola.
-- Hola -sonríe.
-- ...
-- ...
-- ¿Te lo has tirado?
-- ...
(Ojos de serpiente)
-- ...
-- Te dije que no me importaba.


Ojosdeserpiente se entrega a la dulce sangre en un vaso de plástico. Ya no es pleine, ya es pleinísima. Tiene los ojos rojos y siente ganas de vomitar. Se vomita gritando un sueño, de nuevo, vuelve a las andadas.
Suerte de no tener el pelo largo. Vomita. Vomita. Y vomita.

-- ¿Estás bien?
-- Sí...
Vuelve a vomitar.
-- ¿Qué has tomado?
-- ...
-- Eres tonta.
-- ...
-- ¿Pero por qué?
-- ... ¿Todavía no lo entiendes? ¿No me vas a conocer nunca, verdad?
-- No te entiendo.
-- Ni yo a ti.
-- Enton...
-- Cállate.

Autora: Ana Cicatriz

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