domingo, 6 de septiembre de 2009

Varada...

Varada en un café,
rodeada de gente,
pero sola,
en una silla
con postura pensativa,
la cabeza en la mano apoyada,
su corazón a kilómetros de su cuerpo.

Ansiosa por una hora que no llega,
losminutos pesan
sobre sus pequeños pies,
y ve lejos el momento soñado.

¡No alcanzo tus ojo!,
grita en el silencio
de su cerebro efervescente.
¡No siento tus mano!
grita de nuevo
sintiendo el escalofrio evocado.

Sigue ahí, sentada,
no mira a nadie.
Es ciega para el mundo
pero le brilla la mirada
con el retumbar de su recuerdo
en la memoria.

La música y la tinta,
sus fieles compañeros,
Sigue ahí, varada.
Papel y pluma
en sus manos son tristeza
y esperanza,
notas intermitentes
en el hueco de su oido
le dicen que aún está viva,
aunque en jirones dividida.

Y él es el único amante,
el único hacedor de un destino
tan extraño como incierto,
tan complicado como...

Él, uno solo,
es él,
el amado,
el amante furtivo
que se convirtio en Romeo.

Personas que entran,
almas que salen,
palabras escupidas al viento,
zafios sonetos
sin métrica,
y el dolor de cada uno de ellos:
escondido.

Y ella siente desesperación en sus piernas
que tiemblan de nuevo
ante esos hechos.

ella, la que ama,
sigue ahí, varada,
sola, pero no del todo.
Aún le retuerce
una sutil esperanza.

Autora: Poetisa Mayo
WEB: http://poetisamayo.blogspot.es/

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