lunes, 21 de diciembre de 2009

'90

Me gusta el sonido que hacen las cremalleras al cerrarse, al abrirse. También me gusta el sonido que hace el bolígrafo de mi madre al escribir sobre su agenda del trabajo. Me gusta mi cama y los sueños que ha absorbido la almohada.
Estoy tumbada boca abajo, postura: hecha un cuatro (para variar). Pienso en echarme un vicio con la Game Boy (SP Girls Edition), pero no sé qué juego elegir… Tetris, Sims 2, Dr.Mario, Super 32 in 1… Joder, éste último se lo “robé” de una manera sutil a un compañero del colegio (al que hace un mes vi en el bus), sutil porque fue un intercambio, yo le dejé (ahora sé que para siempre) un juego de baloncesto que era una mierda y a cambio recibí 32 juegos en 1, míticos (de los ’90), ¡en los que tenía la posibilidad de vidas infinitas!
En fin, ¿qué hace una esponja al lado de la hucha? Se me olvidó recoger las cosas del baño. Siento el cordón del tampón, llevo demasiados días con la regla…
Me gustaba arrancar las bolitas del final de las púas de mi cepillo del pelo, me gustaba poner en todos mis libros un sello, como en las bibliotecas. Me gusta dejar la persiana hasta arriba, la puerta abierta, la luz apagada. Observar las luces de los coches en el techo de mi habitación y concentrarme en el sonido de las agujas de los relojes.
Estas mayas son cómodas, pero tengo algo de frío. Anoche tosí y tosí, esperé a que mi madre viniese a colocarme la almohada para que dejase de hacerlo (como cuando era pequeña). Estaba despierta, pero no iba a venir. Me levanté y cogí un caramelo de miel y limón, me volví a acostar y me puse de medio lado, volví a toser y me tragué el caramelo sin querer. Deseé ahogarme. Sin embargo, aquí estoy una tarde más.
Me gustan los anillos y hacer pendientes con botones, me gusta cómo quedan juntos el fucsia y el verde amarillento. Me gustan mis Doc.Martens y mi harrington. Me gustaban las botellas de vidrio, esbeltas, y de color azul verdoso. Me gustaba imaginar cómo eran los enchufes por dentro.
No entiendo por qué se me rompen tan rápido los cascos del mp4, no soporto escuchar música por un solo oído. Miro mi puerta, ¿cuándo se me ocurrió dibujar una flor hawaiana? Acabo de cagarla, tengo otra hucha a la cual nunca introduzco monedas (¿por qué será?), simula a un niño y una niña sobre una piedra, abrazados a un corazón.
Me gustaba Myotismon, me gustaba intercambiar pegatinas de terciopelo. Me gustan las cicatrices, me gustas tú.

P.D. Mi padre se ha adueñado de la Game Boy y va a jugar al Tetris.

Autora: Ana cicatriz

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