¡Oh! ¡¿Es su ilustre usía,
Con su mal otorgado cetro,
Quien nos conduce al centro,
Aparentemente paso a paso, día a día?!
¿Es usted, con delicados trueques,
Quien hace más grande su bolsillo
Que el de este humilde lazarillo
Poseído por una tierra puesta en jaque?!
¡¿Son sus palabrotas el abordaje
A la balanza de una justicia
Ultrajada ya, por algún que otro personaje?!
¡¿Son estas las pizarras y tizas
Que apoyando a nuestros hijos
Empujan unas nuevas mañanas castizas?!
Y he de preguntar ¿qué es tu puesto?
¿Un cojín que sin duda alguna
No se merece ser vuestra tribuna
Desde donde ver vuestro podrido gesto?
En resolución, llorando y gritando os digo,
Que mi respuesta por vos será positiva
Por ello a eterno destierro, yo, os castigo.
Por ser vuestra conjura, una obra mala
Y ahora no sollocéis, ser lamentable,
Y de gracias que la violencia no sea mi sable
Sino la humillante palabra, mi bala.
Autor: David García-Asenjo Marín.
“El Discípulo De La Sabia Luna”
http://davidgarciapoeta.blogspot.com
Hace 1 mes
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