domingo, 27 de septiembre de 2009

Por odio al amor

Odio tus ojos, odio que me conozcas, odio que me sorprendas.
Pero sobre todo me odio a mí misma.

No me gustan los "perdona", los "lo siento". Me parecen débiles, inútiles. Débiles, inútiles y estúpidos... Como yo.

Odio que me digas que odio, odio tus sonrisas.
Pero sobre todo me odio a mí misma.

La niñata de los ojos fríos y el corazón de piedra se sorprende (sorprende), sintiendo un vacío a cualquier hora, en cualquier parte. Y de repente, lágrimas. De tristeza. De todo lo contrario a su preciado nopreciado orgullo.

Pensar...
Consiguiéndolo, tú, sorprendiéndome.
Nosotros, con nuestros pros y nuestros contras. Nosotros, dos... Uno.

Te echo de menos. Te voy a echar de menos. Siempre.
Pero sobre todo me odio a mí misma.

Tú, mi duda, mi quizá, mi imposible. Mi vacío. Mi vacío tan lleno, de recuerdos, de palabras. Palabras.
No me vas a dejar nunca, ya formas parte de mí.

Autora: Ana Cicatriz

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