lunes, 22 de febrero de 2010

I JUEGO: 7 PALABRAS, RELATO 23

AUTOR: Jose Kinder Bueno/ Una historia Mil Relatos

UN BUEN CUMPLEAÑOS

El champán cayó rápidamente junto a la copa que segundos antes lo contenía. Lentamente dediqué una última mirada a la sala en la que tan solo hacía una hora,

había estado mi cumpleaños sorpresa lleno de amigos e invitados charlando alegremente.
Todos alegres, incluido yo, que estaba tan bien como podía estarlo tras un par de meses de intentos de olvido. Y no es que yo no fuera una persona alegre, es solo que en aquellas últimas semanas me habían sobrado cosas para no ser feliz el resto de mi vida.
Cuando pensaba que le había olvidado, que no tendría problemas y me curaría de esa gran brecha en mi corazón que intentaba curar a base de masajes cerebrales pensando en un futuro mejor. Pero entonces mi amiga me llamó a las 9 de la noche. Me hizo ir a su casa, y me pidió que cogiera unas cosas de su garaje. Y como tuve la sensación nada más entrar de que no estaba solo.
¿Y cómo no? Entre todos mis amigos estaba él, y lo que más energía me quitó del cuerpo, no estaba solo. Iba agarrado de la mano de otra persona. Eso me destrozó en un pequeño instante de aquel segundo tan largo de aquel 28 de septiembre de 2010.
Cuando vinieron todos a saludarme, lo intenté hacer con menosprecio para que ninguno estuviera alegre... ¿Como podían estar felices después de haber planeado un encierro como aquel para hacerme sufrir? ¿Como lo habían hecho, todos mis amigos?
Y ahora me hallaba allí sentado, mirando mi gran obra. Seguí el recorrido de como unas velas colocadas en un lado de la pared junto a una ventana eran tumbadas por mi inocente mano y se pegaban a una cortina. Como esta comenzaba a arder por completo y creaba un enorme fuego que lamía el techo en cuestión de segundos, y el garaje por completo en cuestión de un par de minutos.
Pero bueno, ya era tarde para huir. Todos habían salido corriendo. Pero yo no tenía ganas de huir. Ni de moverme. Simplemente me quería quedar allí a sufrir el dolor físico igualado al psicológico que me habían provocado los golpes en el corazón por un puto amor de adolescente.
Noté que mi cabeza se perdía con el humo y como mi cuerpo empezaba a calentarse, pero pronto dejé de sentirlo. Todo había acabado. Solo dije un par de palabras antes de dejar este mundo.
-Por... fin...

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